Vicentin: dos importantes grupos ofertaron para quedarse con la cerealera
SANTA FE.- El proceso de salvataje que rige actualmente para el grupo agroexportador Vicentin, sumó nuevos oferentes. Además de la cerealera Grassi, en las últimas horas llegó la propuesta de L...
SANTA FE.- El proceso de salvataje que rige actualmente para el grupo agroexportador Vicentin, sumó nuevos oferentes. Además de la cerealera Grassi, en las últimas horas llegó la propuesta de Louis Dreyfus Company (LDC) y Molinos Agro.
En consecuencia, falta saber qué harán Bunge y la Unión Agrícola de Avellaneda (Santa Fe), que oportunamente abonaron la inscripción al proceso, pero que hasta ahora no parecen convencidos de realizar alguna oferta. Como se sabe, esta instancia del cramdown -así se conoce al salvataje-, tiene como último propósito que la empresa siga funcionando pero, fundamentalmente, evitar su quiebra.
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De esta manera, cuando el plazo judicial concluya, se definirá el oferente que se quedará con Vicentin y los acreedores conocerán un plan de resarcimiento de la deuda que con ellos mantiene la agroexportadora. Hasta hoy, Grassi aparecía como el único interesado en el proceso. Incluso, ya tendría un número que orilla las mayorías en cápitas.
Y si bien los acreedores pueden votar a las dos, el oferente que consiga primero la aprobación del 51% de las capitas y de los dos tercios del capital gana la compulsa. El plazo que tienen para conseguir esos avales es el 31 de octubre.
Pero como el principal acreedor en capital (el grupo financiero Cima) ya adhirió a la propuesta de Grassi, la estrategia parece pasar por evitar que este consiga la mayoría de las cápitas presentando una oferta de pago muy agresiva para los pequeños acreedores, que son la mayoría.
Nueva ofertaLas cerealeras LDC y Molinos Agro presentaron este viernes una propuesta de pago a los acreedores de Vicentin en el marco del cramdown. En líneas generales, categorizaron a los acreedores por monto (hasta US$130.000, hasta US$400.000 y más de US$400.000) con una forma de pago para cada uno, priorizando a los pequeños acreedores con una oferta de pago muy agresiva.
La iniciativa contempla un pago inmediato del 80% de la deuda verificada en dólares a los 30 días de homologación judicial, y la posibilidad de alcanzar una recuperación total de hasta el 90% en tres años, con una tasa de interés anual del 4% sin obligar a los productores a entregar mercadería ni financiamiento.
Además, se incorpora una opción de capitalización en acciones preferidas rescatables, que permitirá a los acreedores convertir su crédito en participación accionaria, con un dividendo preferido anual y un valor de rescate a opción del tenedor.
Según el texto del comunicado, Molinos Agro y LDC remarcaron que “su propuesta combina solidez financiera, experiencia operativa y una visión de largo plazo, orientada a preservar la capacidad productiva, el empleo y el vínculo con los productores”.
Según se admitió ante una consulta de este diario, “la iniciativa busca ofrecer una salida sustentable al proceso de reestructuración”, garantizando la continuidad operativa, el empleo y la estabilidad del complejo agroindustrial, que en diciembre de 2019 se presentó ante la justicia de Rosario y adujo “estrés financiero”, por lo que no podía cubrir sus deudas.
Según se dijo, lo que pretenden LDC y Molinos Agro, más que intentar ganar la compulsa, es evitar una resolución de concurso para comprar luego en quiebra los activos, como el puerto de San Lorenzo.
En otro orden, debe recordarse que –paralelamente- el proceso concursal está en un punto crítico, ya que la justicia prorrogó la intervención societaria hasta abril de 2026 para intentar preservar la empresa, que enfrenta un patrimonio neto negativo y la disputa entre empresas interesadas en quedarse con ella.
Además, el presente de la firma concursada se sostiene por trabajo a fasón con diferentes empresas, que así posibilitan el funcionamiento de las plantas de Avellaneda (al norte) y San Lorenzo y Ricardone (Gran Rosario).
A fines del 2019, Vicentin se presentó ante la justicia de Rosario para dejar constancia de su crítico momento operativo y financiero, que se agravó cuando meses después, ya en 2020 solicitó la apertura del concurso preventivo de acreedores. Esa, y las siguientes acciones judiciales, se desarrollaron en Reconquista.